A pocos años de iniciada la fundación de La Serena en
su actual ubicación, comenzó a levantarse la iglesia
principal o matriz por el costado oriental de la plaza de armas, la cual no debió ser más que una sencilla construcción de unas pocas tapias de barro y techo de totora. Los
oficios litúrgicos era presididos por los capellanes de hueste o capellanes de ejército, sacerdotes limitados a una atención espiritual básica y sin la intención de iniciar un
proceso de evangelización de los naturales, esta acción solo comenzará cuando
arriben las primeras órdenes religiosas siendo la de La Merced y San Francisco
las primeras en la región.
En 1547 Rodrigo González de Marmolejo es designado Cura y Vicario Foráneo de Chile por el Obispo del Cusco Don Juan de Solano. Si bien es reconocido el hecho de que González de Marmolejo realizaba acción pastoral en Chile desde el establecimiento de Pedro de Valdivia en 1541, no fue hasta este nombramiento en que la iglesia comienza a establecer una orgánica destinada a la atención espiritual de los indígenas. En su calidad de Vicario mandará a establecer la parroquia de La Serena nombrando como primer cura párroco don Hernando Márquez.
En 1547 Rodrigo González de Marmolejo es designado Cura y Vicario Foráneo de Chile por el Obispo del Cusco Don Juan de Solano. Si bien es reconocido el hecho de que González de Marmolejo realizaba acción pastoral en Chile desde el establecimiento de Pedro de Valdivia en 1541, no fue hasta este nombramiento en que la iglesia comienza a establecer una orgánica destinada a la atención espiritual de los indígenas. En su calidad de Vicario mandará a establecer la parroquia de La Serena nombrando como primer cura párroco don Hernando Márquez.
La organización pastoral comenzó con el
establecimiento de la Parroquia de La Serena, la cual estaba asignada para la
atención espiritual de los españoles y criollos residentes, mientras que en
lugares como el lavadero de Andacollo, por su alto número de indígenas
trabajando en la extracción de oro, se levantó una doctrina. Una doctrina de
indios tiene por función impartir los principios de la moral cristiana previo al bautismo o la comunión. posteriormente a estos sacramentos los indígenas pasaban a formar parte de la iglesia y por tanto eran atendidos por un "Cura de almas" en sus respectivos curatos.
Durante los primeros años de la conquista los indígenas comenzaron a ser confinados en acotados territorios, sistema conocido como de "reducciones", allí el español se encargaba de pagar los servicios de una orden religiosa o de algún sacerdote diocesano para que atendiera espiritualmente a los indígenas de su encomienda. Así nació uno de los primeros pueblos de indios del Valle del Elqui, el Curato de Cutún que abarcó entre las localidades de Altovalsol y El Molle, mismo territorio que hoy es jurisdicción de la Parroquia de San José y que tiene su asiento en la iglesia de nuestra Señora del Rosario en el poblado de Algarrobito.
Durante los primeros años de la conquista los indígenas comenzaron a ser confinados en acotados territorios, sistema conocido como de "reducciones", allí el español se encargaba de pagar los servicios de una orden religiosa o de algún sacerdote diocesano para que atendiera espiritualmente a los indígenas de su encomienda. Así nació uno de los primeros pueblos de indios del Valle del Elqui, el Curato de Cutún que abarcó entre las localidades de Altovalsol y El Molle, mismo territorio que hoy es jurisdicción de la Parroquia de San José y que tiene su asiento en la iglesia de nuestra Señora del Rosario en el poblado de Algarrobito.
La actual Iglesia Parroquial Algarrobito fue edificada
entre los años 1867 y 1875, bajo la labor pastoral del sacerdote Juan Sampó, y
siendo colocada su primera piedra por el entonces obispo Justo Donoso, por lo
que se estima que tendría en pie cerca de 140 años. Anterior a eso es la
heredera del primer Curato del valle de Elqui llamado Cutún, la iglesia de este
curato fue destruida y por una crecida del rio Elqui aproximadamente a fines
del siglo XVIII lo que obligó a las autoridades de la época a su traslado al
poblado de Algarrobito más cercano a la ciudad de La Serena, sede de la
administración colonial, para ese entonces.
En
los libros antiguos parroquiales encontramos que esta parroquia de Cutún se
fundó el día 24 de septiembre de 1757, después de ser doctrina de indios por
muchos años. Entre la documentación se encuentra el libro I de Bautismos del
año 1757, el cual denomina al lugar como “Doctrina de S. José de Cutún”, por su
parte en el libro de matrimonios se habla del “Curato de Cutún”. Lo que nos
hace presumir que el lugar que hoy ocupa la iglesia estaba un templo desde
mediados del siglo XVIII el cual ya tendría de titular a Nuestra Señora del
Rosario por cuanto el poblado de Algarrobito desde los inicios de la ocupación
española fue atendida por los frailes Dominicos.
Históricamente esta iglesia que tiene su fiesta parroquial el último domingo de octubre, a raíz de que la población que no alcanzaba a acudir a la fiesta de Andacollo del primer fin de semana de octubre, lo hacía a esta a fines del mes lo que la hace particularmente importante dentro de las festividades del religiosas del valle de Elqui puesto que el tamaño tanto del templo como del retablo dan cuenta de la gran cantidad de recursos invertidos, esto manifiesta la relevancia social que tiene la iglesia para las comunidades del valle de Elqui así como la alta concurrencia a su fiesta patronal.
El
retablo fue construido a inicios del siglo XIX y es de grandes e imponentes
proporciones contiene en su lugar de honor en la parte alta a la histórica
imagen de Nuestra Señora del Rosario de talla colonial de la cual la tradición
indica que habría sido traída de Lima junto con la imagen de Andacollo y de El
Molle. Detrás de este retablo es posible apreciar pintura mural hecha para
adornar el entorno de la imagen de la virgen antes de la construcción del
retablo final, lo que hace de esta
iglesia la única de su tipo en el valle al conservar tan importante vestigio
artístico.
La Iglesia
Es una construcción que tiene cerca de 140 años de antigüedad, y ha resistido fuertes movimientos sísmicos como el de Octubre de 1997. Está construida de adobe y techo de madera, bajo la calamina se observan la techumbre de madera original hecho de tejas de alerce, la cual en su interior es cubierta por una artesonado de madera en medio punto pintado de tal forma que simula el cielo estrellado. Es de altura considerable siendo una de las más altas y esbeltas del valle de Elqui. El campanario de madera con ventanas en sus cuatro lados está dañado a causa de la nula mantención a lo largo de los años lo que ha implicado que la polilla cause un deterioro considerable que urge de atención y reparación.
Su estilo es neoclásico característico de las iglesias y capillas elquinas. Tiene una sola nave y tres altares con sus respectivos retablos de madera dorada. En el altar principal está la imagen de N. S del Rosario, en una hornacina en altura. Tiene también la iglesia un púlpito de madera, con su respectivo “ciborio”, además de reclinatorio, reja y arco toral que separa el presbiterio de la nave central, las últimas investigaciones dan cuenta de la pintura mural existente tras el altar lo que hace aún más particular este templo de gran valor en la provincia de Elqui. Todos estos elementos mencionados de su estructura interna son de vital importancia por cuanto ya no quedan templos en la región de Coquimbo que conserven todos los elementos pre conciliares y más aún que sean originales de la construcción de la iglesia como es el caso de la de Algarrobito.
Su
valor urbano esta al ser la construcción más importante de la localidad de
Algarrobito. Se encuentra frente a la plaza principal, la que actualmente está
en trabajos de reposición, en un conjunto que abarca la totalidad de la cuadra.
Su campanario es una importante pieza de carpintería característico del valle
de Elqui ya que comparte forma y estilo con las demás capillas. La iglesia está
inserta en un paisaje rural donde destaca la vista del valle de Elqui, su
campanario es visible a varios kilómetros desde varios puntos del valle de
Elqui.
Las Iglesias del Valle de Elqui representan un conjunto patrimonial único
en Chile, testimonio de la religiosidad de esta región y que contienen
importantes vestigios del patrimonio histórico, arquitectónico y del arte sacro
de la región de Coquimbo.
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